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Parecía que algo se revelaba allí. Mu Yuchen frunció el ceño y le lanzó a Zhou Zimo una mirada de disgusto.
*¡Tos!*
—¡Ayúdame! —Zhou Zimo gritó—. No dije que eras tú...
La multitud desvió la mirada hacia Mu Yuchen, quien sólo miró a todos sin expresión. Al final, todos volvieron a Zhou Zimo.
—Ustedes entendieron mal. ¡Estoy tratando de decir si ustedes quieren saber quién tiene la mayor edad entre nosotros tres!
—Eres el más pequeño, pase lo que pase. —replicó Mu Yuchen rápidamente.
—¡Así es! ¡No tienes ambición y fácilmente te convertirás en un traidor! ¡Ah Chen y yo siempre fuimos los que te ayudamos cuando éramos pequeños! Cuando todavía estábamos en la escuela secundaria, tenías tanto miedo de extorsionar a los estudiantes más jóvenes, ¡pero luego disfrutaste la mayor parte de la comida que compramos con el dinero! ¡Desvergonzado!
