Zhuang Shurong asintió. —Sí, a Lingtian le gustó mucho. De hecho, incluso salvó a Lingtian antes de ese verano en la azotea de la oficina ¿Te acuerdas?
—Sí. Lingtian se deslizó accidentalmente por la barandilla. El perro mordió la camisa de Lingtian y le salvó la vida, pero después de eso, no pudo salvarse, por lo que se cayó y sufrió heridas graves. Tuve que matarlo yo mismo.
Ese incidente siempre había sido un secreto que Mu Yuchen nunca le contó a nadie.
—Lingtian vio por sí mismo todo lo que hiciste. Eso fue lo que le escuché decir después de eso.
—¿Y? ¿Me odiaba por eso? —Mu Yuchen se burló con los labios curvados mientras miraba a Zhuang Shurong—. Incluso si no hubiese bajado a Xiao Wei, él no habría sobrevivido toda la noche. En lugar de dejar que sufriera por eso, ¿qué tiene de malo dejar que se fuera antes?
