Mu Yuchen hizo una pausa para mirar a Xi Xiaye y su mirada se oscureció. En un breve momento se calmó de nuevo y tomó el tazón ante Xi Xiaye para darle un poco de sopa. —¿El bolígrafo que estaba en oferta?
Ella asintió gentilmente y se levantó rápido para caminar hacia la sala de estar. Tomando su teléfono de la mesa de café, encontró la foto que Mu Lingshi le envió. Luego, ella caminó a su lado y le mostró su teléfono. —Es éste. Debería ser ese bolígrafo. Por eso me pareció un poco extraño ¿No dijiste que Gu Lingsha consiguió el bolígrafo en la subasta? ¿Gu Lingsha podría haber enviado éste objeto a Ah Shi? Una cosa más, lo enviaron directamente a Francia.
Mu Yuchen miró en silencio la imagen del bolígrafo y luego arrojó el teléfono sobre la mesa. —Ha pasado un tiempo desde la subasta, antes de que el objeto llegara a ella...
Mu Yuchen no continuó lo que estaba diciendo y sólo sonrió con frialdad.
Xi Xiaye tampoco dijo nada cuando vio su respuesta.
