Xi Xiaye asintió con la cabeza. —Por cierto, es el séptimo día mañana y la tienda de flores de Ji Zitong se está abriendo. Recuerda enviar a alguien a saludarla. Ella ha sido de gran ayuda durante éste período de tiempo.
—Haré que alguien haga eso. Iré a la Ciudad B mañana por la tarde y sólo regresaré al amanecer. Le pediré a mamá que venga y se quede contigo, ¿de acuerdo? —le preocupaba que sus brazos pudieran cansarse al sostener a su hijo, por lo que apoyó suavemente el peso del bebé y lo tomó mientras la miraba.
Xi Xiaye acercó su cuerpo a él. —¿Ciudad B? ¿Por qué? ¿Sólo tuviste un día de descanso durante las vacaciones de año nuevo y ya tienes que ir a trabajar?
—Mi amigo está haciendo una subasta allí, así que voy a echar un vistazo. También tengo algo que discutir. Volveré al amanecer en un vuelo privado.