Xi Xiaye sólo se enteró de la condición de Su Nan cerca de la noche. Supuso que era el trabajo de su hombre cuando Su Nan la llamó y le contó al respecto.
—Xiaye, tengo mucha suerte esta vez. No tienes que preocuparte por mí. El hospital organizó un equipo de especialistas para que Ruan Heng se someta a un chequeo. Por lo que me dijeron, se comunicarán con los hospitales en el extranjero si todavía está inconsciente después de algún tiempo. ¡La tecnología médica en el extranjero podría estar más avanzada y tal vez puedan ayudar a Ruan Heng a recuperar la conciencia!
El tono de voz de Su Nan se volvió alegre una vez más y ya no sonaba tan sin vida como antes. Xi Xiaye estaba contenta por ella mientras asentía. —Hmm, eso es genial. Estoy segura de que Ruan Heng se despertará. Tienes que cuidarte a ti misma y a Xiao Chenxi. Los padres de Ruan Heng han estado bastante exhaustos últimamente. No hagas que se preocupen demasiado.