Li Si suspiró y rápidamente lo alcanzó con un paraguas en la mano. —Tenga cuidado, Maestro. ¡Todavía está lloviendo afuera!
—¡Maestro! —los guardaespaldas se inclinaron respetuosamente.
Mu Yuchen asintió sin parar. Su voz profunda retumbó bajo la lluvia. —Ve directamente a la Residencia Arce.
Luego entró en el automóvil y Li Si cerró rápidamente la puerta. Mientras se dirigía hacia el asiento del pasajero delantero, Mu Yuchen bajó la ventanilla del auto y dijo: —Li Si, puedes regresar primero. Deja los documentos en el auto. Puedes tener el día libre mañana.
—¡Sí, señor! —Li Si dejó el pesado maletín justo al lado del asiento de Mu Yuchen.
El coche avanzó lentamente bajo la lluvia.
…
Era tarde por la noche y la brisa soplaba violentamente afuera. Dentro de la sala de estudio en el segundo piso, todavía se podía escuchar el aullido del viento a pesar de que las ventanas estaban bien cerradas.
