Xi Xiaye también se enteró sobre Yue Lingsi a través de los periódicos.
Ella estaba acostumbrada a hojear los periódicos en la mesa del comedor. Cuando vio la noticia y los informes sobre Yue Lingsi, se sorprendió. Rápidamente levantó la vista hacia el hombre que estaba comiendo elegantemente frente ella antes de fruncir los labios ligeramente y mirarlo por un buen rato.
Mu Yuchen pudo sentir su mirada desde el otro lado, por lo que inconscientemente levantó la vista y la miró a los ojos inquisitivos. Con una sonrisa, preguntó: — ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? No hay flores en mi cara.
Ella levantó las cejas y luego agitó el periódico en la mano mientras preguntaba: —¿Hiciste esto?
—¿Qué? ¿Qué hice? —él sonrió con calma cuando extendió la mano para quitarle el periódico. Lo abrió y lo miró con indiferencia antes de dejarlo en silencio a un lado.
Ella repitió suavemente cuando él no respondió: —¡Te estoy haciendo una pregunta!