Ella estaba profundamente dormida en el sofá y ni siquiera se dio cuenta que había alguien a su lado.
Él la miró por un momento antes de dejar escapar un suspiro impotente. Cuando estaba a punto de levantarla para regresar a la habitación, ella se sorprendió un poco cuando él le tocó el brazo y tembló antes de abrir los ojos.
—Has vuelto... —se frotó los ojos mientras miraba al hombre que tenía delante. Sentándose abruptamente, su cabello desordenado cayó sobre sus hombros y sus ojos todavía parecían borrosos. Entonces, agarró la mano de Mu Yuchen.
—¿Por qué no duermes en la habitación? Hace frío por la noche. ¿Por qué no usas una prenda adicional? —su tono sonaba preocupado mientras su otra mano pasaba sus dedos por su cabello.
—No hace tanto frío en casa. Te estaba esperando. —ella lo arrastró hacia abajo para sentarse a su lado.
Esas simples palabras fueron significativas para él y sintió una calidez profunda en su corazón.
