Ella levantó la cabeza y miró al frente. Como era de esperar, pronto vio al hombre caminando hacia ella.
Su figura alta pasó junto a la tenue lámpara de la calle y se detuvo justo delante de ella.
—¿Qué estás haciendo aquí? Hace frío afuera. ¡Entra! —antes que ella pudiera decir nada, su tono estricto la alcanzó. Sin embargo, ella podía sentir la cálida bondad en su voz cuando él la agarró por los hombros.
—Está bien. No hace mucho frío hoy. De todos modos, ¿por qué llegaste tan tarde? He estado esperando mucho tiempo. —se recogió su largo cabello mientras lo miraba y sonaba como si se estuviera quejando.
—Hubo un poco de tráfico en el camino de regreso. Vuelve ahora. Hace frío afuera, y acabas de recuperarte. —él se rio entre dientes mientras colocaba su brazo sobre sus delgadoshombros. Sus ojos estaban llenos de amor y tenía un aspecto totalmente diferente de su ser cruel y frío de antes.