Qi Lei le lanzó a Xi Xinyi una mirada a través de sus ojos entrecerrados mientras la esquina de sus labios se curvaba en una sonrisa astuta. Luego tomó el teléfono sobre la mesa e hizo una llamada.
Luego, la encantadora cara de Xi Xinyi brilló con una sonrisa. —Maestro Qi, no se preocupe. Yueying es mi propiedad, así que no importa lo que pase, no arruinaré mi propia reputación. Mientras la nueva película se estrene en la taquilla, la crisis de Yueying realmente se resolverá. Estas dos películas son los lanzamientos más esperados de nuestra compañía, por lo que no podemos detenerlos.