Al oír a Mu Yuchen decir esto, la sombría expresión de Xi Mushan se volvió repentinamente extraña. La luz en sus ojos había pasado de estar aturdida a ser sombría.
—Muchas veces, cuando suceden algunas cosas, no podemos volver al pasado. Por mucho que intentes compensarlo, no serás capaz de resolver esas grietas. Creo que soy más o menos así en éste momento—suspiró Xi Mushan, frustrado. Había un simple dolor en sus ojos, como una luz fría que parpadeaba en ellos. Se veía excepcionalmente solitario.
—Ambas son puro corazón e indiferencia por naturaleza. Recuerdo que una vez juré mi amor eterno a ella, pero ¿quién habría pensado...? Por lo general, muchas cosas cambian las intenciones originales, los corazones cambian, sin embargo, las cosas rara vez son cambiadas por intenciones y esperanzas originales. Creo que esto debe ser obra del destino—su voz baja estaba llena de una amargura indescriptible que sonaba sombría para Mu Yuchen.