En el momento en que salió del pasillo, vio a Mu Yuchen esperando en la escalera.
Él se dio la vuelta cuando escuchó el sonido de pasos, mirándola mientras extendía su brazo hacia ella.
Miró hacia abajo mientras bajaba las escaleras, yendo directamente hacia él sin ninguna vacilación. Él puso sus brazos sobre sus hombros mientras ella se acercaba: —Volvamos. Es tarde.
Ella asintió, pero después de un tiempo, añadió: —No creo que hayas comido nada. ¿No tienes hambre?
—Volveré y cocinaré algo. —respondió en voz baja.
—En realidad, quería decir que no estoy exactamente satisfecha tampoco…
…
Cuando Yifeng la persiguió, vio a Mu Yuchen caminando con ella bajo las tenues luces de la calle. Ah Mo ya había abierto la puerta del auto sin que tuvieran que decírselo.