Xi Xiaye guardó su teléfono mientras miraba burlonamente a Yue Lingsi, quien estar esforzándose por contener su ira. Con una sonrisa fría, dijo: —Parece que ustedes realmente hicieron todo esto por su cuenta.
—Dime. ¿Cuánto dinero quieres?
Yue Lingsi lo pensó por un momento, luego forzó toda la furia hacia abajo en su pecho y miró a Shen Wenna: —¿Cuánto te tomará entregar las acciones? ¿20 millones? ¿50 millones?
—Si realmente lo quieres, podría considerar 10 mil millones —Xi Xiaye levantó sus hermosas cejas mientras sonreía y miraba tranquilamente a Yue Lingsi.
—Xi Xiaye, ¡no seas demasiado!
Cuando escuchó esto y vio la sonrisa en la cara de Xi Xiaye, Yue Lingsi, quien estaba soportando todo esto, finalmente explotó. Rápidamente se levantó con las manos presionando la mesa con firmeza.
