Cuando Xi Xiaye admitió audazmente lo que hizo, Qi Lei la miró significativamente y se rio. —Pensé que me dirías que sólo lo hacías por negocios y que no había sentimientos personales involucrados.
—Eres un hombre inteligente, así que debo admitir mi crimen antes de que me expongas —Xi Xiaye suspiró antes de decir fríamente—. Estoy segura de que sabes del conflicto entre Gu Lingsha y yo, y estos conflictos existen debido al pasado, incluyendo el incidente durante mi boda con Mu Yuchen; el incidente de Su Nan, y que Ruan Heng todavía está inconsciente en éste momento... incluso mi hijo, casi... Digamos que tengo muchas razones para odiarla.
—Me he estado conteniendo de contarte todo esto debido a tu relación con ella. Como amiga, no quiero que te sientas incómodo entre nosotros. Sin embargo, no me sorprende que te haya pedido que me hables de esto. Sólo quería probar algo. —dijo Xi Xiaye.