Ah Mo no dijo nada y sólo miró silenciosamente a Gu Qiwu con su reservada e imponente manera de no ceder.
Mientras Ah Mo lo evaluaba, Gu Qiwu también fijó su mirada en él mientras sus ojos oscuros refractaban una luz cambiante. Su rostro severo estaba un poco tenso, pero no se podía leer su expresión.
Los dos parecían enfrentarse durante un tiempo antes de que Gu Qiwu dijera: —¡Encantado de conocerte, Ah Mo! Parece que todavía me recuerdas. —su profunda voz contenía un toque de diversión, pero a Ah Mo le sonaba fría.
—Sr. Gu de la Corporación Hui Gu, usted fue bastante popular hace un tiempo. Sería muy difícil no recordarlo. —la cara de Ah Mo estaba tranquila mientras respondía con calma.
La curva en la esquina de los labios de Gu Qiwu se ensanchó. Luego señaló el asiento que tenía enfrente. —¡Siéntate!
Ah Mo lo miró de manera pensativa, luego se acercó y se sentó.
