Se diseñó un reactor de maná de ángulo recto completo y, con la ayuda de dos títeres, se cargó en el cofre de un títere de lanzamiento de nivel 30. Luego, se vinculó a la matriz antes de activarse.
De repente, los ojos de cristal de la marioneta brillaron con luz.
Bajo el mando de Crowits, el títere salió de la fábrica, sus manos se descompusieron y volvieron a ensamblarse en dos cañones de tono negro. El cañón en el brazo izquierdo brilló con un resplandor naranja cuando una bola de fuego salió de él. Al instante golpeó su objetivo, una roca, a más de doscientos metros de distancia.
La roca de ocho metros de altura explotó en fragmentos y se pudieron ver marcas de quemaduras en todo el suelo a diez metros.
Esta era la nueva arma para las batallas grupales y se enfocaba en el poder explosivo.