Y eso no era todo...
Después, grupos de alquimistas irían a la Rosa Dorada, y el viejo mayordomo no era de los que se resistían a tener más alquimistas, así que para cuando Lin Yun regresó, la Rosa Dorada tenía más de doscientos alquimistas.
Basado en la cantidad, ahora eran comparables al Gremio de Alquimistas.
Naturalmente, el viejo mayordomo sabía que a estos alquimistas no se les podía dar una gran responsabilidad. No estaban familiarizados con el montaje de la Rosa Dorada, y aún no habían demostrado ser dignos de confianza, así que el viejo mayordomo les hizo trabajar en una línea de montaje. Parecían estar ocupados todos los días, pero se les mantenía haciendo trabajos repetitivos sin poder acercarse a las habilidades básicas de la Rosa Dorada.
—¿Los alquimistas de la Ciudad de Mil Velas se valoran tan poco?
Lin Yun se quedó boquiabierto cuando escuchó todo esto.
