«¿Un desastre?»
Solon pensó cuidadosamente sobre lo que había escuchado y, titubeando,
continuó: —Al parecer se refería a la teoría de siete cuerdas.
Dado que solo fueron unos murmullos para sus adentros, Solon mismo no le había
dado importancia. Sin embargo, no había anticipado que estas palabras
provocarían que el anciano que se encontraba descansando, con sus ojos
cerrados, se erguiría y le diera una mirada asesina. —¿Estás diciendo que leyó la
fórmula Fanrusen y evaluó que la teoría de siete cuerdas era un desastre?
—Sí, eso es lo que dijo, más o menos. —Solon estaba aturdido por la reacción
repentina de su Maestro.
—Eso no es completamente imposible... —dijo Solomon, recitando un
encantamiento. Uno de sus dedos huesudos se deslizaba suavemente en el aire,
mientras que una cantidad gigante de maná se juntaba en su punta. Una luz
apenas visible a simple vista se extendía a través del aire e inmediatamente
después, todo el espacio ante él pareció romperse, exponiendo una cortina hecha
de luz blanca.
En esta cortina de luz blanca, un joven mago estaba sentado en su escritorio,
leyendo un libro por diversión, con una sonrisa que aparecía en su cara de vez en
cuando mientras parecía murmurar para sí.
Era una reproducción exacta de lo que había pasado anteriormente en la
biblioteca.
El Recuento Temporal del Alto Mago era capaz de reproducir escenas que habían
sucedido hacía más de diez años, y también las que acababan de transcurrir en
un lugar cercano.
Por supuesto, cuanto más reciente era el evento, más clara era la escena.
Incluso ahora, la imagen en la cortina de luz era tan clara que se podía apreciar
cada cabello del joven mago. Solon no tenía ningún inconveniente en ver todos los
detalles desde detrás de su Maestro. El joven mago sostenía el libro, hojeándolo
rápidamente con una sonrisa particular en su cara, como si estuviera viendo algo
ridículo.
«¿Qué puede ser tan ridículo?».
El joven Solon lo pensó por un largo rato, pero no lo comprendía. El Alto Mago
frente al parecía haber notado algo, dado que una expresión de fascinación se
dibujó en su cara.
Al alcanzar la doceava página del libro, el joven que había dentro de la cortina
soltó el libro, con una sonrisa incluso más burlona en su cara. Murmuraba para
sus adentros y llevaba su mano a la cabeza en desaprobación.
Al principio, la cara de Solomon estaba llena de fascinación, pero, al notar lo que
el joven mago estaba diciendo, el Alto Mago palideció. La mano derecha que
estaba lanzando el hechizo de Recuento Temporal tembló de repente, causando
que la cortina se sacudiera y la luz parpadeara, desenfocando la imagen.
—Maestro... —dijo el joven Gran Mago con preocupación. Era la primera vez que
había visto a su Maestro perder la compostura en la Torre de Sabiduría.
—No es nada —dijo Solomon sacudiendo su cabeza. El hechizo se dispersó luego
de perder la estabilidad—. Bien, vete tu primero, necesito pensar en algo.
—Sí, Maestro.
Después de que Solon se retirara, el estudio se sumió nuevamente en el silencio.
Solomon permaneció sentado un rato antes de levantase. Se acercó hasta un
escritorio en la habitación y se sentó a escribir una carta.
Esta carta estaba dirigida al Sabio Estelar Jouyi, uno de los tres Archimagos del
Este. Él era quien había instruido a Solomon por veinte años. Solomon detalló
todo lo que había visto en el Recuento Temporal.
Solomon no le había mencionado a Solon que Mafa Merlin no era el primer mago
en decir que la teoría de siete cuerdas era un desastre.
Las palabras le recordaron que las había escuchado antes de la boca de otro
mago.
Y ese mago era el Sabio Estelar Jouyi.
Algunos años atrás, se llevó a cabo una investigación sobre la teoría de siete
cuerdas en la Torre Nube, y uno de los miembros a cargo era el Sabio Estelar. En
aquel momento, había dicho las mismas exactas palabras, que la teoría era
simplemente un desastre. Había enviado quién sabe cuántos magos bajo un
camino sinuoso. Pero la investigación en la Torre Nube no lograba progresar.
Faltaban piezas cruciales de información, provocando que todo el proyecto se
estancara.
Pero ahora, al ver la doceava página de la fórmula Fanrusen, ese joven mago
estaba murmurando para sus adentros.
El hechizo Recuento Temporal no reprodujo ningún sonido, así que Solomon no
pudo escuchar lo que dijo el joven mago. Sin embargo, dada la frecuencia con la
que usaba este hechizo, había perfeccionado la lectura de labios. El mago había
dicho algo en el lenguaje de Nesser. Sus palabras contenían cuatro piezas
cruciales de información. Esos cuatro puntos eran capaces de refutar la teoría de
siete cuerdas.
Por eso Solomon estaba tan agitado.
Después de terminar su carta, Solomon selló el sobre y llamó a Solon para que
regresara.
—Envía esta carta a la Torre Nube, está dirigida al Sabio Estelar Jouyi
—Sí, me aseguraré de que se haga.
—Por cierto, cuando Mafa Merlin venga mañana, invítalo al estudio. Tengo
algunas preguntas que hacerle.
—Lo haré, Maestro. —Cuando Solon se retiró de nuevo del estudio, su mente se
llenó de confusión y sorpresa.
Después de todo, el estudio de Solomon no era un lugar accesible a cualquiera.
Incluso Monchi y Ryan solo fueron invitados hasta la recepción. Uno de ellos era
un adinerado empresario de la Ciudad de Mil Velas y el otro era un Gran Mago
extremadamente joven, ambos tenían un plan que habían estado preparando por
meses.
¿Qué había de especial en ese joven mago? Ese comentario sobre el «desastre»
había hecho que su Maestro perdiera el control y fuera incapaz de mantener el
hechizo de Recuento Temporal. Y ahora estaba invitando a este joven a su
estudio a conversar.
...
Al final, Lin Yun no fue a la biblioteca al día siguiente.
Ese era el día de reapertura de la Rosa Dorada. El mayordomo estaba más
relajado con las 30 000 unidades de oro de la subasta. No solo habían cancelado
la deuda de Fario, sino que el mayordomo había comenzado a trazar un plan para
revivir la cámara de comercio.
Al principio, Lin Yun no quería preocuparse por ello. 30 000 no era una cifra muy
grande y podía comprar algunos elementos mágicos para afrontar los gastos
diarios. Pero revivir la cámara de comercio Oro Destellante, ¿no era demasiado?
El viejo mayordomo no podía dejar el asunto en paz.
Luego de que Lin Yun lo rechazara un par de veces, comenzó a actuar como un
bribón. Resoplaba a diario dentro del rango de audición de Lin Yun, hablando
sobre cómo estaba avanzado en edad y sabía que no tenía mucho tiempo de vida.
Si repentinamente falleciese y se encontrara con el viejo Maestro en el cielo,
¿cómo podría explicarle que después de tantos años de prosperidad, la cámara
Oro Destellante estaba al borde de la muerte?
Lin Yun no tuvo opción más que hacer concesiones. No tenía sentido mencionar
revivir la cámara aún, pero la Rosa Dorada podía ser reinaugurada casi de
inmediato.
Por lo tanto, las veinte mil unidades restantes fueron dedicadas a la renovación, la
contratación de empleados y la compra de materiales. No quedó mucho del
dinero.
El anciano estaba estupefacto.
—¿Qué haremos? No queda más dinero. ¿Qué hay sobre el alquimista? Una
tienda de alquimia sin alquimista, ¡es como abrir un restaurante sin chef!
Cuando este asunto salió a la luz, el viejo hombre ganó unas cuantas canas. Nada
podía hacerse al respecto, ya que los alquimistas tenían un muy alto estatus.
Incluso si hubiesen usado todo el dinero, solo hubieran podido pagar el salario de
un buen alquimista durante unos dos meses, y mucho menos ahora que solo
tenían unos cientos de unidades. ¿Deberían contratar un aprendiz de alquimista
para compensar?
Eso arruinaría su reputación.
Como no tenía otra opción, Lin Yun debía tomar cartas en el asunto.
Después de volver de la Torre de Sabiduría el día anterior, Lin Yun no fue
directamente a casa. Antes de dirigió al laboratorio de alquimia de la Rosa Dorada.
Pasó la noche entera usando los materiales baratos restantes para hacer una
docena de pociones, junto con algunas armaduras y armas mágicas. En cuanto a
las herramientas mágicas, no había nada que pudiera hacer. Estaba limitado por
los materiales inferiores. Incluso con el conocimiento que trascendía la era que Lin
Yun poseía, no podía hacer milagros de la nada.
Por lo que respecta a la gran reapertura, Lin Yun no necesitaba preocuparse.
Estaba en manos del anciano mayordomo. Lin Yun simplemente le entregó los
resultados de su noche de trabajo antes de encontrar un cuarto para dormir en la
Rosa Dorada.
Después de pasar la noche trabajando, no podría soportarlo ni un enérgico
alquimista.
El remolino de maná de Lin Yun era mucho más robusto que el de los magos
ordinarios y su conocimiento de la alquimia superaba ampliamente al de las
personas de la era. Muchos problemas que sus contemporáneos eran incapaces
de resolver eran asuntos resueltos en sus manos.
Pero incluso siendo este el caso, aquella noche agotó toda su energía. El remolino
de maná que había dentro de él había estado trabajando de más, casi agotando
sus reservas. Era agradable poder recostarse a descansar.
Siguió durmiendo hasta la tarde, cuando el sol estaba a punto de ponerse. Lin Yun
se despertó a causa de un fuerte ruido.
—Alguien está cortejando a la muerte —dijo Lin Yun, medio dormido, antes de
girarse para intentar seguir descansando.
Pero parecía que la persona afuera estaba impidiéndoselo deliberadamente. Antes
de que terminara de girarse, oyó un fuerte ¡bang! que venía de afuera. No era la
puerta, sino el mostrador.
—¡Ya está bien! —Esta vez, Lin Yun no pudo soportarlo y salió furioso de la cama,
vistiéndose y dirigiéndose hacia la puerta—. Quiero ver quién se atreve a causar
problemas aquí.
Luego de entrar al recibidor, vio a un grupo de personas en círculo. Un estante
había sido derribado, el mostrador destrozado y el recibidor recientemente
decorado ahora estaba hecho un completo desastre. Algunos empleados estaban
agachándose hacia un lado mientras que el viejo mayordomo discutía fuertemente
con el grupo. Destacaba un joven mago en especial.
—¡Destrocen todo! ¿Te atreves a venderme objetos falsos? No me mires así,
¿crees que soy fácil de intimidar? Te diré, vejestorio, que, si no me entregas a
Merlin ahora, no solo voy a destrozar esta tienda, ¡sino que los reportaré ante la
unión de cámaras de comercio y haré que la gente de la Ciudad de Mil Velas vea
qué tan infame es la cámara de comercio Oro Destellante!
—¡Sal de aquí! ¡No eres bienvenido! —El mayordomo había estado al lado de
Locke Merlin por años. Consideraba la reputación de la cámara de comercio más
importante que su propia vida. Al escuchar cómo Mason insultaba a Oro
Destellante, el hombre anciano estalló en cólera y sin importarle si había clientes o
no, levantó sus manos para empujar a Mason hasta la salida.
El anciano era una persona ordinaria, así que incluso si hubiera sido veinte años
más joven, no hubiera podido amenazar a un mago. Pero Mason no le prestaba
atención, ya que estaba muy excitado, gesticulando y escupiendo saliva mientras
gritaba. Así que cuando fue empujado hacia atrás, se tambaleó.
—Viejo, ¿te atreves a golpearme? —Esta vez, Mason tenía una expresión incluso
más desagradable.
Un mago poderoso casi siendo derribado por un mayordomo de 60 años. Si esto
se rumoreaba, ¿quién lo respetaría?