De hecho, el mismo William Merlin fue un gran alquimista consumado. Aunque no era un experto en matrices de alquimia, todavía podía entender los diseños de matrices.
Uno de los papeles de borrador sin arrugar de la mesa de refinación cayó en su vista, sus ojos abriéndose de par en par en respuesta, lo que le llevó a mirar a Lin Yun con los ojos llenos de horror. Esa no era una mirada que se usaría en un ser humano normal, era como si William estuviera mirando a un monstruo.
La mente de William estaba simplemente en blanco mientras estaba allí aturdido. Estaba tan sorprendido que ni siquiera podía mantener la boca cerrada.
«¡Maestro, ese es un Maestro Alquimista!»
Muchas cosas inusuales habían sucedido desde que llegó a la Ciudad de Mil Velas, y finalmente tuvo la respuesta.
