—¿Eh?
—Eh, ¿qué? —Causar problemas en la biblioteca era una ofensa a la dignidad del
Gremio de Magos. No romper sus piernas ya era perdonarlo fácilmente—. Ah,
claro. Si ese Monchi viene a buscarme mañana dile que me fui a Olana o que me
tomé 10 días. No... Dile que quizás vuelva en un mes.
—¿Eh?
Solon no sabía cómo reaccionar ante esto. ¿Qu...? ¿Qué está sucediendo? ¿No
ha cambiado el Maestro demasiado rápido de actitud?
¿Acaso no estaba hablando animadamente hace un momento? ¿Por qué se tornó
tan hostil y pidió que sacara a Mason de aquí? Y luego de eso, ¿por qué ya no
quiere darle la bienvenida a Monchi él mismo? ¿No es un poco irracional?
—Pareces estar confundido por esto. Hablando de eso, no es sin motivo que te
llevó tanto tiempo avanzar a Gran Mago. No usas tu cerebro apropiadamente.
¿Por qué crees que hablé tanto con ese par? No será porque no quiera escuchar
su propuesta. Si no fuera por el bien de esos viejos de la torre negra, los hubiera
echado también.
—Pero, ¿por qué? Maestro, ¿no dijo antes que la cooperación con Monchi sería
ventajosa? ¿Que traería beneficios a nuestra Torre de Sabiduría sin causar
problemas? —Solomon no había explicado su repentino cambio de opinión y, por
ende, Solon no lo entendía.
—¡Eso era antes! —Solomon miró descontento a su discípulo, apareciéndole una
mueca en su cara—. Ese par de padre e hijo cree que estoy despistado porque
soy viejo. El accidente de Locke Merlin del mes pasado definitivamente tiene la
sombra de la cámara Lunas Gemelas detrás.
«...» Esta vez, Solon no dijo nada. Solo miró al anciano con dudas en su corazón.
La muerte de Locke Merlin había sido hacía más de un mes y ¿recién ahora
estaba considerando pelear por justicia? ¿Desde cuándo se volvió tan honrado?
—¿Por qué me miras así? —Solomon se llenó de ira, estallando contra su
discípulo—. ¿Estás sugiriendo que yo, tu maestro, no soy un hombre justo? Es por
eso que tardaste tanto en convertirte en Gran Mago, en verdad tiene sentido, ¡no
eres capaz de comprender el camino que tu maestro te enseña!
—No, no, no, Maestro, me malinterpretó. —Al enfrentarse con tal vil reprimenda, el
joven estaba al borde del llanto.
—Olvídalo, no es importante. —Solomon agitó su mano y dejó a su discípulo en
paz por ahora—. Lo importante es que el dueño del pase de privilegios es el hijo
de Locke Merlin. Dado que ese es el caso, debo ser justo.
—¿Cómo es eso?
—Porque ese pase fue otorgado por una gran poción de alquimia.
—¿Te refieres a la poción que recibimos hace unos días? —Al ser el único
discípulo de Solomon, naturalmente él sabía que hace unos días, alguien trajo una
poción a lo torre de Sabiduría y la intercambió por un pase con los más altos
privilegios de acceso. Pero Solon aún no sabía con claridad los detalles de esa
poción. Al escuchar a Solomon hablar sobre eso ahora, aún no estaba
convencido—. ¿Esa poción es tan importante?
—Si te atreves a preguntar eso frente a Thorpe, estaría feliz de secarte al aire
hasta que te encojas y convertirte en uno de sus experimentos.
«...» El joven Gran Mago se retractó de inmediato. El Gran Alquimista Thorpe era
uno de los tres encargados de la Torre de Sabiduría. Si quisiera convertirlo en un
experimento, no lo salvaría ni la reputación de su Maestro. Él era la única persona
verdaderamente peligrosa en toda la Torre de Sabiduría. Hasta se atrevería a
maldecirlo frente al escritorio de su Maestro.
Sin embargo, tras del miedo inicial, Solomon no podía evitar sentir curiosidad.
¿Qué clase de poción podía hacer que los tres mandamases se interesaran tanto?
Al principio, Solon había supuesto que la poción había usado materiales preciosos
o que era algo que necesitaban hacía tiempo.
Pero, sin lugar a dudas, Solon no esperaba que fuese tan serio. «Serio» no era la
palabra correcta. ¿De verdad Thorpe lo convertiría en un experimento solo por
cuestionar la importancia de esa poción?
—No intento asustarte, solo que no has visto la reacción del viejo Thorpe. Excitado
no es suficiente para describirlo cuando tuvo esa poción en sus manos. Estaba
tartamudeando y gritaba que era una obra maestra, algo de un Gran Maestro,
digno de ser escrito en los libros de historia y demás. De cualquier manera, estaba
en un estado bizarro.
El joven mago estaba incluso más intrigado. Thorpe era públicamente reconocido
como el creador de pociones más exitoso de toda la Ciudad de Mil Velas y sus
expectativas era muy altas. Incluso el Gran Alquimista de la cámara Lunas
Gemelas no merecía su atención. Siempre había desestimado a sus predecesores
y a los recién llegados.
En muchos años, Solon jamás lo había oído venerar a alguien. Tan solo
escucharle pronunciar la palabra «aceptable» ya era un honor.
¿Había perdido el control de sí mismo? Incluso hablar sobre ser escrito en los
libros de historia...
«¿Esa poción era en verdad tan milagrosa?», se preguntaba.
—Me conoces, no soy un experto en la alquimia de pociones —Solomon miró a
su discípulo, dándole una respuesta irresponsable a su pregunta tácita—. En todo
caso, ¡escuché que cada botella de esa poción podría traer a otro Gran Mago a la
Torre de Sabiduría!
Al terminar esa frase, Solon no pudo evitar perder el aliento. ¿Qué era eso del
Gran Mago? ¿Obra maestra? ¿Libros de historia? El asunto de los Grandes
Magos era mucho más fácil de entender...
La torre tenía en total trece Grandes Magos, de los cuales siete tenían residencia
permanente. Los tres mandamases estaban casi en reclusión desde la mayor
parte de la última década y la expansión externa de la torre, las peleas por
recursos y otros conflictos quedaban a manos de los siete grandes magos. En
otras palabras, el estatus actual de la Torre de Sabiduría era, en parte, gracias a
los Grandes Magos.
Ese era el caso con los siete Grandes Magos...
Si lo que Thorpe decía era verdad y cada botella de esa poción podía traer a otro
Gran Mago a la Torre, entonces Solon no se atrevía a imaginar qué clase de
impacto tendría.
No era una exageración decir que quien tuviera en sus manos el poder de ese
Gran Alquimista, sería capaz de enfrentar a la Torre de Sabiduría en la Ciudad de
Mil Velas. Ese era un factor que los tres mandamases debían tomar en
consideración. Si una persona tuviera una manera de subyugar a los tres, destruir
la Torre sería tan fácil como un chasquido.
Al pensar en esto, un sudor frío comenzó a correr por la frente de Raymond.
El lado positivo era que el Gran Alquimista parecía preferir pasar desapercibido.
No había hecho públicos sus planes, fuesen los que fuesen. De lo contrario, no
hubiera enviado a un joven mago a entregar la poción y luego regalado el pase a
otro joven mago.
La clave para descifrar esto eran los dos jóvenes magos...
En especial ese Mafa Merlin. Él debía tener una estrecha relación con el creador o
el alquimista no le habría otorgado el pase.
—Con razón el maestro tenía esa actitud —concluyó Solon—. Si el Maestro
estaba en lo correcto y la cámara de comercio Lunas Gemelas estuvo involucrada
en el naufragio de Locke Merlin y su confabulación fuera descubierta, quizás
sufrirían la furia de ese increíble Gran Alquimista...
Mientras Solon consideraba la idea, Solomon finalizó su conversación. Sabiendo
la situación actual, solo un tonto cooperaría con la cámara de comercio Lunas
Gemelas.
«...» De repente, el joven mago sintió lástima por el padre y el hijo. En virtud de
cooperar con la Torre de Sabiduría, se habían preparado durante medio año y
sometido a toda clase de condiciones, pero, al final, no era suficiente para superar
a una sola poción.
—Bien, te he contado todo lo que debes saber al respecto, así que decide cómo
manejarlo. No dependas siempre de mí. Después de todo, tarde o temprano
tomarás mi lugar. Será bueno para ti aprender cómo lidiar con esta clase de
asuntos.
—Sí, me encargaré de ello.
...
Un mes transcurrió. Desde esa conversación en la recepción, Solon resolvió que
era necesario prestar mucha atención a ese joven mago.
Gracias a sus observaciones, Solon se dio cuenta de que este joven mago era
verdaderamente interesante. La extensión de su material de lectura era muy
amplia, desde lectura ligera sobre la historia de Noscent, al conocimiento abstracto
de la fórmula Jide. Era capaz de tomar un libro y pasarse el día entero leyéndolo.
A veces, Solon no sabía si seguía algún criterio para elegir los libros, o si solo
estaba leyendo por leer.
En bastantes ocasiones, Solon quería recordarle que la oportunidad de entrar a la
biblioteca de la Torre de Sabiduría era una oportunidad única. Muchos magos
hubieran vendido la fortuna entera de su familia por ella y él no parecía estar
apreciándolo, eligiendo libros al azar cada día, sin ton ni son, a veces leyendo con
gran interés como si los estuviera leyendo por diversión. Solon quería decirle que
algún día quizás se arrepentiría de haber tomado esta oportunidad tan a la ligera.
Y hoy era ese día.
Solon fue a la biblioteca después del desayuno. Como siempre, observó un rincón
en particular porque sabía que todos los días a esta hora, el joven mago estaría
allí, sentado en el mismo escritorio y pasaría todo el día leyendo después de
seleccionar un libro al azar.
Y así fue. Cuando Solon miró en su dirección, el joven ya estaba sentado en su
lugar, sosteniendo un libro con una cubierta de rayas rojas y leyéndolo con mucho
interés.
—Aquí vamos de nuevo —suspiró Solon. No parecía que se tratara de lectura
ligera hoy, pero a juzgar por Solon, no era muy diferente.
Las rayas rojas en la cubierta significaban que el conocimiento de ese libro era por
lo menos del nivel de un Gran Mago. ¿Cómo podía ser una lectura ociosa para un
mago nivel 1 recién graduado?
Además, no era la primera vez que Mafa hacía algo así. Una vez lo vio leyendo un
libro con rayas plateadas con gran interés. Esto era absurdo, ya que significaba
que sus contenidos estaban a un nivel apropiado para Altos Magos.
Solon ya no podía soportar verlo. ¿Cómo podía un mago que no era respetuoso
con el conocimiento mismo tener cualquier logro mágico?
Incluso un libro que solo los Grandes Magos estaban calificados para leer era
tratado como material de entretenimiento para él. Definitivamente no estaba
meditando sobre la información, tomando notas o haciendo pausas. Tan solo
hojeaba página tras página con una expresión satisfecha en su cara, al punto que
Solon se cuestionó si siquiera estaba intentando estudiar o solo relajándose.
Solon habría quedado asombrado si supiese que, en realidad, esta vez estaba en
lo cierto...