—¿Cómo está la situación? ¿Has encontrado a la persona que queremos?
—Sí, hermano mayor.
Al escuchar la pregunta de Rhode, Nieve Helada asintió y el balanceo de la cola detrás de ella reveló su estado de ánimo. Ella miró a Rhode con rubor y respondió suavemente. En ese momento, Nieve Helada dirigió su mirada al cielo. Sus ojos negros como el carbón miraron fijamente como si estuvieran buscando algo invisible. Pero Rhode sabía claramente que todos los secretos de la flota fantasma se revelaban en su visión.
—Al igual que lo que describiste, hermano mayor, una vampiresa con ropas rojas... Sí... herido y parece estar recuperándose en este momento. No hay otros enemigos a su alrededor. Parece que ella es la comandante allí.