Cientos de miles de cuervos de fuego se deslizaron por el cielo, soltando graznidos que cubrieron todo el campamento. Bajo el mando de Corina, los elfos activaron el campo encantado apresuradamente que fue preparado hace mucho tiempo. Poco después, una docena de rayos verdes de luz emanaron de los verdes árboles, entrelazándose para formar una delgada barrera similar a un cristal que protegía y envolvía el campamento.