Richard se vio atrapado en un estado de ánimo complejo porque no sabía si había tomado la decisión correcta.
Su decisión fue correcta hasta cierto punto ya que su grupo no se enfrentó a más peligros de monstruos y mercenarios con la compañía del grupo de extraños. Además, los extraños parecían más sociables de lo que él imaginaba. Pensó que esa gente poderosa no tendría en cuenta a los aprendices de poca monta como ellos, pero se sorprendió de que, aparte del hermoso hombre que siempre ponía una expresión fría, las otras jóvenes no parecían tener malas intenciones hacia ellas.
Pero... eran demasiado poderosas.