En el interior de la torre había una biblioteca de tres pisos con una exuberante sombra de árboles. Las paredes rotas y bastante viejas estaban llenas de enredaderas y hojas que daban una atmósfera rara y tranquila al lugar. Rhode abrió la puerta y vio una figura pequeña leyendo un libro. La niña levantó la cabeza con curiosidad y reveló una sonrisa.
—Ah... Rhode...
—Christie, ¿estás leyendo de nuevo?
Rhode miró a los alrededores. Esta tranquila biblioteca era parte de la torre. El anciano le dijo que ese era el tesoro cultural de la familia Senia, pero que nadie lo había visitado desde hacía mucho tiempo. Por el contrario, a Christie parecía gustarle ese lugar, al que a menudo iba por los libros. Lo que le sorprendió fue que aunque los libros no estaban escritos en el idioma general, Christie no tuvo ningún problema para leerlos. Pero, después de considerar la otra mitad de su alma dentro de ella, no parecía realmente imposible.
Otra mitad de su alma...