Ya estaba anocheciendo cuando el grupo de Rhode llegó a la Ciudad de la Hoja de Bambú. En el camino se encontraron con militantes de la Ciudad de la Hoja de Bambú que corrían hacia el humo espeso. Sin embargo, se sintieron aliviados al darse cuenta de que el grupo de Rhode los había rescatado. Como una forma de expresar su gratitud, los guiaron a la Ciudad de la Hoja de Bambú. Rhode sabía que las Praderas Este tenían una sociedad confinada, lo que dificultaba la integración de los forasteros. Los lugareños tampoco estaban tan dispuestos a revelar ningún asunto ni a aceptar la ayuda de los forasteros. Sin embargo, era otro asunto que debía ser guiado por los locales y Rhode aceptó gustosamente su oferta.
Aunque Lize y Anne habían visto todo tipo de condiciones y costumbres como mercenarios, ese pueblo les sorprendió mucho porque la mayoría de sus casas no estaban construidas con piedras y troncos. En su lugar, fueron construidos con bambú que habían visto en el camino.
