—Los he reunido a todos para anunciar algo importante.
Rhode se puso de pie. Lydia había vuelto a la Ciudad Dorada después de completar su misión, mientras que el diputado Danny y sus subordinados se fueron con Santo de la Espada de Niebla como unos perros callejeros. Ese payaso del Parlamento de la Luz tenía más valor para Rhode, y ahora no era momento de que se ocupara de cosas tan aburridas.
Todos miraron a Rhode atentamente al sentir su tono de voz serio. Marlene entrecerró los ojos y concentró toda su atención en él porque, como la heredera de la familia Senia, entendía todo lo que estaba pasando. Lize estaba a su lado, y parecía estar nerviosa y ansiosa. Aunque no sabía qué pasaba, recordaba lo que Lydia había dicho el día anterior. Además, era la primera vez que Rhode reunía a toda la hermandad en un mismo lugar, y la joven sentía que las cosas no andaban muy bien.