Zieg arregló su ropa y echó un vistazo a la tensa multitud. A medida que se acercaba el comienzo de la reunión, se juntaba más gente aparte de los 25 miembros del parlamento reunidos en el Salón de Mithril. Según el reglamento, cada vez que el parlamento de la Montaña Soraka decidiese hacer cambios importantes que implicaran los intereses de otros bandos, se invitaría a los representantes de las diversas fuerzas del lugar. Debido a las normas que impedían que las tropas estuviesen presentes, las distintas fuerzas solo enviaban a su representante. Lo mismo ocurría con Zieg. No representaba al País de la Luz, sino a la Fundación Alanic. El País de la Luz tenía a otra persona como representante.
Zieg frunció el ceño y miró entrecerrando los ojos al anciano calvo frente a él. Estaba vestido con un atuendo formal y se limpiaba la frente con un pañuelo nerviosamente.
«Basura inservible».