Al día siguiente, Rhode reunió a todos en la habitación de Anne para explicarles su estado e informarles sobre la única solución disponible para salvarla. Aunque esto era asunto de Anne, Rhode insistió en decírselo a todos. Anne era su camarada, así que tenían derecho a conocer su difícil situación.
Después de que Rhode les contó todo, Lize y Marlene se quedaron sin palabras. Aunque esperaban que los efectos secundarios por beber la poción fuesen serios, se dieron cuenta de que los habían subestimado gravemente. Por supuesto, Rhode simplemente les describió la sugerencia que él y Gillian habían discutido antes.
—¡Anne acepta!
Como Rhode esperaba, Anne hizo su elección sin dudarlo. Se decidió tan rápido que otros podrían haber pensado que había estado ensayando esa frase. ¿O quizá la poción había bloqueado ciertos vasos sanguíneos en su cerebro y había afectado la parte racional de su mente? En cualquier caso, su respuesta fue demasiado rápida.
