Al recibir la indirecta de Klautz, Sereck y Keller dirigieron su atención al joven de cabello oscuro. Rhode guardó silencio; su expresión no cambió, como si no hubiese oído lo que dijo Klautz.
—Ya que el Sr. Rhode no está dispuesto a hablar, entonces lo haré yo.
Aunque se mantuvo callado, Klautz no forzó a Rhode. Se rio y miró a Keller que estaba sentado a su lado.
—Sr. Keller, recientemente la Asociación de Comerciantes se ha pasado un poco de la raya. Ya les he dado una advertencia sobre este asunto, pero esta gente parece no tener ningún sentido del remordimiento. En cambio, sospechan que los precios delos minerales siempre habían sido bajados deliberadamente, perjudicando sus beneficios. Por eso creo que esta gente haría algo así—explicó Klautz con pesimismo mientras que Keller lo escuchaba con una expresión seria.