Después de derrotar a algunos esqueletos gigantes, el grupo avanzó aún más lento.
En la reunión, Rhode les había advertido que iban a contrarreloj y tenían que apurarse, así que asumieron que estarían corriendo por todos lados derrotando un enemigo tras otro.
Pero ese no era el caso.
Todo el grupo se movía tan lento como una tortuga. Cuando daban tres pasos hacia adelante, daban dos hacia atrás. Era increíblemente lento, incluso más que trotar a paso lento en el bosque. Pero cuando se encontraban con un enemigo, Rhode de repente aceleraba y lo mataba como un relámpago, terminando la batalla unos treinta segundos antes de esconderse rápidamente y repetir el proceso con el siguiente enemigo.
Honestamente, este tipo de tácticas no convencionales no calaban muy bien en algunos del grupo. Hasta se podía decir que era embarazoso.
—Pfff —la medio elfa resopló con desdén cuando vio a Rhode detenerse en seco para escabullirse como un criminal.