La noche sin límites envolvía el cielo. El viejo castillo que se elevaba sobre la tierra contaba su larga historia de muerte, destrucción y longevidad. Nada escapaba a las sombras de la devastación, ni siquiera las criaturas no muertas. Las espeluznantes y azules llamas espirituales iluminaban ambos lados del pasillo del castillo, pero la cresta de la familia, oscura y colgante, había perdido su gloria pasada. Ese lugar solía ser la residencia honorable de los nobles oscuros, con innumerables visitantes que ofrecían su totalidad a esa antigua y suprema familia.
Babylonia: dominó a los gobernantes de todas las líneas de sangre desde el nacimiento del País de la Oscuridad. Ella se bañó en gloria y riqueza sin fin y fue una de los cuatro generales legendarios, perteneciendo al asiento derecho bajo el antiguo y oscuro rey. Pero todo estaba en el pasado.
—Sé que este es el plan de la mujer.