15º día en la Tierra del Caos.
Rhode apartó la mirada de la tormenta de arena a todos los que estaban a su alrededor. Abrió el reloj de bolsillo, lo miró y lo cerró. En ese mundo loco y caótico, el tiempo no tenía sentido. Pero, aun así, pidió a cada uno que avanzara a su propio ritmo porque tenía claro que un ser humano perdía su percepción del tiempo, estaba cerca del borde de la locura.
—Líder, faltan dos más —informó Anne.