—¿Estarán bien el Sr. Rhode y Anne?
Lize oró mientras se ponía las manos en el pecho preocupada y miraba la puerta metálica. Aunque ella sabía que Rhode podía convocar a un poderoso ejército cada vez que quisiera, no podía evitar sentirse preocupada por la situación. Pase lo que pase, era un hombre al que ella quería y admiraba.
—¿Y si algo malo pasa...?
—Lize, Rhode estará bien. No te preocupes.
Por el contrario, Marlene se cruzó de brazos y miró en silencio las casas de abajo. Aunque ambos estaban preocupados por Rhode, se enfrentaron a la situación con actitudes totalmente diferentes.
—Rhode sabe lo que hace. Si no tiene confianza, no arriesgará su vida. Además, también eres consciente de que preferiría aventurarse solo si es extremadamente peligroso. Esta vez trajo a Anne porque no es demasiado peligroso para ellos. Tal vez hasta nos haga acompañarlos si entendemos nuestros hechizos en este lugar.