Después de que el ejército no muerto fue aniquilado por completo, la gente del fuerte fue finalmente liberada de la tensión que duró un mes. Sin embargo, los soldados fueron los únicos que se relajaron, ya que Rhode delegó las tareas de centinela a los ángeles guerreros y dejó a los soldados salir en unas largas vacaciones. Los exhaustos soldados vitoreaban con ambos brazos en alto, pero eso no significaba que Rhode lo tuviera fácil. Todavía era responsable de las pérdidas de la posguerra y de la reposición de personal.
En cuanto a los daños de la guerra, no había nada que mereciera su atención. Como las criaturas no muertas no lograron atravesar las murallas de la ciudad, el fuerte no sufrió ningún daño interno aparte de la destrucción de las murallas que dejaron los trols esqueletos y los vampiros. Sin embargo, esos problemas eran menores y uno podía repararlos fácilmente o Rhode podía simplemente tocar la interfaz del sistema y gastar algo de dinero para arreglarlos.
