Llamas escarlatas chispeaban y chispas deslumbrantes rompían la oscuridad mientras se dispersaban salvajemente. La figura oscura soltó un resoplido y esquivó la ardiente emboscada. Cullen se enfurruñó mientras ponía su mano hacia delante y la apretaba. Poco después, materia oscura entre sus arrugados dedos se adelantó y extinguió instantáneamente las ardientes llamas. El área que brillaba en resplandor era como si hubiera sido reocupada por la oscuridad y todo se quedó en silencio. Después de un momento, un resplandor verde iluminó el espacio. Cullen se adelantó y miró la bola de cristal con expresión hosca. Sus oscuras pupilas brillaban de curiosidad y asombro.