No fue ninguna sorpresa que Rhode aceptara el pedido de John. Aparte de ser un líder de hermandad, también era un barón. Podía considerar que las tropas que dirigió al Fuerte de la Cumbre de las Nubes eran sus mercenarios y sus soldados privados a la vez. Con su estatus, tenía el derecho a hacer lo que quisiera con sus prisioneros, y no tuvo reparos en liberar a los caballeros. De hecho, también tenía la autoridad para liberar al General Dade. Después de todo, en sentido estricto, también era su prisionero.
Sin embargo, John y Rhode sabían que era imposible. Por su estatus, el General Dade no podía ser liberado tan fácilmente. John lo sugirió porque quería ver la reacción de Rhode. Si lo aceptaba al instante o inventaba algunaexcusa para rechazar su petición, seguramente se habría dado vuelta y se hubiese ido de ahí sin dudarlo. Pero al final decidió aceptar la invitación de Rhode.