Rhode no tardó en decidirse. Reunió a todos sus hombres y estos expresaron distintas preocupaciones.
—¿Eh? ¿Nos moveremos de nuevo? Anne está tan cansada... Líder, ¿podemos descansar unos días más? —Anne estaba apoltronada en su silla, como una malcriada.
Marfa se recostó en la pared y pensaba, frunciendo el ceño. Aunque se había unido después de los demás, Rhode confiaba mucho en él. Después de todo, a Rhode le hacían falta miembros confiables y tranquilos, y Marfa llenaba este vacío. Era valiente y reticente, pero a menudo decía lo que pensaba y esto hacía falta en una hermandad. Por otro lado, aunque Randolf y Joey habían mejorado muchísimo, su juventud y vigor podía no ser algo tan bueno.