—Argh... —Rhode se esforzó para abrir los ojos. El borroso crepúsculo le dejó la cabeza dando vueltas y casi todas las partes de su cuerpo, desde sus extremidades hasta sus órganos internos, parecían gritar tristemente con el menor movimiento. No solo eso, sino que el dolor y los jugos gástricos de su estómago aumentaron y casi vomitó.
Un resplandor blanco brillaba sobre él.
Rhode sintió que su cuerpo se restauraba. El tormentoso dolor era como nieve derritiéndose bajo el intenso calor del misericordioso sol. Rhode dejó escapar un gemido y su visión se aclaró lentamente.
—Ah, líder, ¿finalmente está despierto? Genial. Pensé que era demasiado tarde. —El adorable rostro de Chicle fue el primero en reflejarse en los ojos de Rhode. Lo miraba con ojos redondos y abiertos y dejó escapar un suspiro de alegría. Rhode miró al otro lado y vio que la expresión ligeramente severa de Canario se convertía en una sonrisa.
