—Mmm…
Los rayos dorados del sol brillaron en la cara de Marlene
—¿Dónde estoy? —murmuró mientras se levantaba lentamente. La noche anterior pareció un sueño tan caótico y alocado que ni siquiera podía diferenciar la realidad de la fantasía. Sin embargo, sentía la conocida sensación de satisfacción y fatiga de después de hacerlo con Rhode. Solo en momentos como ese Marlene sentía que su cuerpo estaba totalmente relajado. Podía dejar a Rhode en el asiento del conductor, y mientras estuviese a su lado, no necesitaba preocuparse por nada en el mundo.
Pero…
Agitó la cabeza enérgicamente para empujar esas escenas pervertidas a un rincón de su cabeza.
«Sí, debió ser un sueño porque ¿cómo podría disfrutar eso? Así es, definitivamente fue un sueño. ¡Rhode nunca haría tal cosa!»