En vez de sentirse nervioso, Rhode se alivió cuando vio a Anne salir volando de la arena. Esto se debió a que aunque parecía peligroso, su vida no estaba en peligro. Después de que Carody le clavara la daga en la palma de la mano, la sujetó instantáneamente, por lo que no pudo penetrar su corazón. Ahora, Anne se había caído de la arena, lo que significaba que había perdido.
Rhode corrió a su lado y la sostuvo. Tal como esperaba, aunque la herida en su pecho era horrible, no era mortal. Anne forzó una sonrisa.
—Líder, Anne lo hizo, ¿verdad? Ni siquiera cinco minutos y Anne salió de la arena.
—No sé si debería felicitarte o no.
Rhode agitó la cabeza, sacó la daga de la palma de su mano y la tiró a un lado. Marlene, Lize y el resto también habían corrido hasta su lado. Después de ver la sonrisa de Anne, su tensión se alivió de inmediato.
Sin embargo, Rhode no estaba tranquilo.