Los poderes mágicos que surgieron se unieron y resonaron por todo el lugar. Rafah levantó ambos brazos mientras una fuente de energía increíblemente fuerte fluía dentro de su cuerpo. El suelo y las paredes se agrietaron por la presión. Lapis apretó los dientes, cerró los ojos y se dio vuelta para evitar el fuerte vendaval.
—¡Humanos ignorantes, todos morirán aquí!
Ya no podían salvar la sala de control central, pero eso no importaba mientras Lapis estuviese cerca y él tuviera los poderes.
Un rayo de luz carmesí destelló.
Rafah dejó de moverse y el tiempo pareció haberse congelado por un segundo. Abrió los ojos de par en par y miró a Rhode, que misteriosamente había aparecido ante él. El joven de cabello negro mantuvo una postura mientras lo cortó con su espada.
Rafah bajó la cabeza. Su cuerpo hecho de luz, había sufrido un aterrador corte en el hombro derecho.
«¿Por qué?»