—Idiota —se burló Rhode despuésde escuchar al adorador de demonios.
Como invocador, siempre que Rhode quisiera, podía sentir, ver y oír lo que sus espíritus invocados sintieran. Naturalmente, las cosas que Celia escuchaba, él también podría escucharlas. Con respecto a la arrogancia del adorador de demonios, no tenía mucho tiempo ni interés de decir algo, pero entendía lo que pensaba. Bajo unas circunstancias normales, el método del adorador sería considerado efectivo, pero por desgracia, se estaba enfrentando a Rhode. Luego Celia recibió la orden de mantenerlo y retrasarlo, y Rhode volvió a concentrarse en el problema que había en el área.