Las corrientes de viento se escuchaban cada vez más fuerte.
El silbido del viento nocturno de repente se volvió más violento. Desde adentro se podían oír unos vagos lamentos y la desgastada puerta no podía dejar de temblar por el fuerte viento.
—¡Activen los buffs! —ordenó Rhode rápidamente, pero sus mercenarios se mostraron confundidos cuando escucharon esa orden desconocida. Rhode se dio una palmada en la frente con impotencia y se corrigió—: Usen las pociones. ¡Las pociones! ¡Lize, prepárate!¡Marlene, protección!