El cielo se ensombreció.
Un viento fresco soplaba a través del bosque, dándoles escalofríos.
—Chico, parece que lloverá pronto.
El viejo Walker agudizó su mirada mientras observaba cuidadosamente las gruesas nubes sobre su cabeza. Rhode asintió hacia él y se detuvo. Miró el camino que conducía a las profundidades de las montañas, pero parecía estar desprovisto de rastros humanos.
—¿Cuánto falta para que lleguemos a destino?
El viejo Walker se puso a pensar por un momento antes de responder:
—Quizá…otro medio día, o un día.
—Es demasiado tarde para continuar. Dile a Shauna y al resto que busquen algúnrefugio cercano.
—De acuerdo.