Los últimos rayos del sol cayeron bajo el horizonte, permitiendo que los suaves rayos blanquecinos de la luz de la luna y el cielo nocturno se apoderaran del mundo. El cielo se oscureció gradualmente. Aunque el Dragon Soul Continent no era tan pacífico como antes, Grandia, en el Territorio del Vacío, seguía irradiando una atmósfera de calma y tranquilidad. Las primeras emboscadas de los seres del Caos no causaron demasiado desorden en Grandia y la gente siguió llevando su vida cotidiana como de costumbre.
Mientras tanto, en el palacio bien iluminado ubicado en el centro de Grandia, había un escenario totalmente diferente...
—Argh... ah... ah...
Los gemidos de las jovencitas resonaban en la habitación, dejando el corazón palpitando.
—¡Ahí mismo, líder, empuja con todas tus fuerzas! ¡Deprisa, deprisa! ¡Ya casi estás ahí! ¡Ah! ¡Espera! ¡No, no ahí...!
Chicle Miniatura gritó y soltó un chillido agudo. Entonces, todo volvió a su paz.
—Ah...