—Oh, ¿no es esa la Srta. Marlene y la Srta. Cassidy? Ah, hice el ridículo. Lo siento, lo siento.
Al ver a las dos jóvenes, Nalea sonrió ampliamente. El largo báculo que tenía en la mano ya no estaba a la vista. Aunque era mucho mayor que Marlene y Cassidy, era la que parecía más joven de todas. En ese momento, su reacción fue como una ingeniosa y adorable niña que fue sorprendida robando bocadillos. Sin embargo, Marlene y Cassidy aparentemente no la trataron como tal. En cambio, se dieron la vuelta y se inclinaron.
—Perdón por la intrusión, Su Majestad Dragona del Juicio. Cassidy y yo hemos llegado para discutir algo...
—Ah, lo sé. Es sobre esa cosa problemática, ¿verdad?