—Qué puerta tan grande.
Mirando la puerta de delante, Chicle Miniatura no pudo evitar exclamar sorprendida. A simple vista, estaban rodeados por muros blancos y puros como una barrera erigida entre el cielo y la tierra ante ellos. Lo que más les llamó la atención fue la enorme puerta que tenían delante. Tenía decenas de metros de altura, de pie en una espaciosa plataforma conectada al puente de acero negro. Las defensas allí también eran aparentemente las más fuertes. No solo había cuatro o cinco torres de vigilancia, sino que también había unos 100 guardias blindados. Se podía ver lo importante que era esa puerta para ellos. En ese momento, la puerta estaba cerrada y sellada por completo. Pero, en lugar de tratarla como una puerta, era más como un mural tallado que se parecía a una. Si no fuera por la estricta seguridad, Rhode no habría creído que había llegado al lugar correcto.
—¿Qué debemos hacer ahora, Rhode?