El suelo tembló cuando una fuerza invisible rugió y se estrelló como las olas, elevando la superficie con un poder masivo. En un abrir y cerrar de ojos, la mitad de la ciudad situada alrededor de Casabianca se desmoronó, arrastrando y devorando a los muertos y a los vivos con ella. Se oyeron fuertes estruendos, seguidos por la visión de una misteriosa y oscura línea que brotaba del subsuelo y atravesaba el cielo en forma de óvalo. Poco después, los colores dentro del óvalo cambiaron. La tierra, el cielo, la ciudad y todo dentro del óvalo fueron reemplazados por completo por el Caos. La tierra firme se agrietó y se elevó como los mares agitados. Las murallas de varios metros de altura eran como paja de arroz en el inmenso océano, donde las olas que chocaban las destrozaban por completo. En un instante, toda Casabianca se quedó en silencio como si todos los sonidos se hubieran desvanecido.
—Je, je, je...