La voz sorprendió a Barney y su grupo, y rápidamente bajaron sus armas antes de darse la vuelta.
Rhode frunció el ceño, pero su agarre no aflojó en lo más mínimo.
—¿Qué está pasando?
Un hombre que llevaba una impresionante armadura mágica apareció entre la multitud, que se había reunido para ver lo que estaba pasando. Era Frank, el líder del grupo mercenario Jade Tears. Cuando vio que el alborotador era Rhode, un destello de frialdad brilló en sus ojos, pero pronto desapareció.
—Sr. Rhode, por favor, suéltela. No importa lo que haya pasado, lo que está haciendo ahora es una provocación al grupo mercenario Jade Tears.
—¿Y si no la dejo ir?
Rhode aflojó un poco su agarre, permitiendo que la chica medio elfo volviera a respirar. Sin embargo, aún no tenía fuerzas para moverse; era como una marioneta bajo el control de Rhode.
—Si es listo, la dejará ir. Ese sería el mejor resultado para nosotros dos.