«La situación se está saliendo de control».
Sonia frunció el ceño mientras caminaba por el silencioso palacio. No se había dado cuenta antes cuando se dirigió a la salida, pero ahora descubrió que no había nadie más que ella alrededor del palacio, ni siquiera el guardia que le notificó el encuentro. Eso dejó a la nerviosa Sonia aún más insegura. Se acercó a la habitación de Lilian apresuradamente, llamando a la puerta.
—Su Majestad, ¿está usted ahí? ¿Su Majestad?
—¿Eh, Sonia? Entra.
Sonia dio un largo suspiro de alivio después de oír la voz despreocupada de Lilian. Abrió la puerta rápidamente y vio a Lilian sentada en la mesa, leyendo un libro con ambas manos apoyando sus mejillas. Lilian parpadeó con curiosidad a Sonia.
—¿Pasa algo, Sonia?
—Su Majestad Lilian, ¿puedo saber dónde están Madam Serene y Sir Boulder? ¿Dónde están los ángeles guerreros que también le acompañan? ¿Dónde están todos?"
—¿Eh?